Organiza
Centro de Residencias Artísticas de Matadero Madrid
Colabora
Metrópolis RTVE
Año
2019 - 2020
Comisariado
Amanda Masha Caminals y equipo de Residencias Artísticas de Matadero Madrid
Jurado
Christos Carras (director de Cultura de la Fundación Onassis), Maria Pallier (directora del programa Metrópolis de RTVE), Neus Miró (Responsable del Centro de residencias artísticas de Matadero Madrid) y Amanda Masha Caminals (co-directora y comisaria del Instituto Mutante de Narrativas Ambientales)
Artista
Andrea Molina
Nuestra visión del mundo está en gran medida determinada por los medios de comunicación, la ficción y el entretenimiento, a través de los cuales compartimos lenguajes e ideas e interactuamos con nuestro entorno. Al hablar de la creación de imaginarios, es imprescindible considerar la importancia de estos medios en la producción de cultura e imaginarios urbanos, ¿pero qué papel puede jugar el arte en este contexto? El IMNA, junto con el Centro de Residencias Artísticas de Matadero Madrid, lanza una beca para apoyar a artistas cuyas prácticas se encuentran en la intersección entre el arte, la arquitectura y el periodismo para imaginar futuros urbanos en el sur de Madrid.
A lo largo de la historia, el ser humano se ha servido de las ficciones para diseñar los mundos a los que anhelaba dirigirse, confeccionando a través de ellas los imaginarios con los que activar el deseo de materializarlos. Sin embargo, las ensoñaciones y ficciones del pasado se contradicen con una realidad cada vez más delicada, y sus relatos dibujan escenarios donde se niega incluso la posibilidad de la vida en la tierra a largo plazo. Tratando de abandonar el discurso catastrofista, creemos que aún quedan opciones de dar un giro al guión. ¿Por qué no escribimos entonces las ficciones que nos convienen?
La arquitecta y artista Andrea Molina propone IMAGINANDO USERA, un proyecto que busca profundizar en el uso de las narraciones de ciencia ficción como herramientas con las que diseñar futuras situaciones urbanas en un contexto de transición ecológica, y sirviéndose de las herramientas propias de la arquitectura, ilustrar estos procesos de cambio con el fin de explorar y visualizar las oportunidades aún posibles y deseables de alcanzar una nueva coexistencia con la naturaleza, ofreciendo una alternativa al carácter apocalíptico imperante en la comunicación de la crisis climática, y que conduce en gran medida al nihilismo y la desesperanza.
El proyecto toma como casos de estudio tres puntos clave del distrito de Usera seleccionados mediante un proceso de investigación histórica y derivas urbanas. A través del Laboratorio de Eco-Ficciones -en colaboración con Gabriel Ruiz Larrea- se elaboran una serie de narrativas que especulan sobre la transformación de estos espacios, ofreciendo a las comunidades locales y al público general la opción de participar en la construcción imaginaria de los procesos de eco-transición de sus propios territorios.